Durante todo este año 2017 los Misioneros Paúles, las Hijas de la Caridad y todas las Asociaciones nacidas del carisma de San Vicente de Paúl estamos y estaremos celebrando los cuatrocientos años del inicio de este carisma.
Este carisma se inicia desde una experiencia fuerte, profunda y pneumática de Vicente de Paúl en el año 1617. Es ya conocida -y el mismo Vicente de Paúl lo recuerda en más de una ocasión- la experiencia que tuvo lugar en Folleville (Francia) con la asistencia a un anciano moribundo y el llamado “sermón de la Misión”, que Vicente de Paúl predicó el día 25 de enero de 1617. Ahí nace la primera dimensión del carisma vicenciano: la “evangelización”.
Además, en agosto de ese año 1617, Vicente de Paúl, entonces párroco de un pueblo francés llamado Chatillon-les-Dombes, experimenta el abandono y la pobreza material, y ahí surge la segunda dimensión del carisma: la “caridad”, fundando las Cofradías de la Caridad, que hoy responden al nombre de AIC (“Asociación Internacional de Caridades de San Vicente de Paúl”).
“Evangelización” y “caridad”. He aquí las dos dimensiones fundamentales del carisma vicenciano que se complementan, se vertebran y constituyen la piedra angular y el cimiento del amplio y hermoso edificio vicenciano extendido por todo el mundo. Las principales piedras de este edificio son: las tres fundaciones que hizo el mismo San Vicente de Paúl (AIC, Congregación de la Misión y Compañía de las Hijas de la Caridad) y las cuatro que surgieron a la luz del carisma y de la espiritualidad del santo (AMM, JMV, SSVP y Misevi). Hasta completar más de 300 Asociaciones que tienen a Vicente de Paúl como inspirador o iluminador.
Toda esta intrahistoria vicenciana la celebramos aquí en Andújar (Jaén), en nuestra Parroquia de la Divina Pastora, el pasado día 4 de febrero. Una celebración eucarística presidida por nuestro Obispo diocesano D. Amadeo Rodríguez Magro, acompañado por el Sr. Vicario General de la Diócesis de Jaén y por el Arcipreste de Andújar, con otros sacerdotes y los Misioneros Paúles de esta Parroquia.
Estuvieron presentes una representación de los distintos movimientos vicencianos de la Diócesis de Jaén: Hijas de la Caridad, Asociación de la Milagrosa, Conferencias de San Vicente de Paul y Juventudes Marianas Vicencianas.
Resultó una ceremonia hermosa, a pesar de que la empezamos bajo la lluvia. A lo largo del año, iremos teniendo algunas celebraciones que nos vayan recordando nuestros orígenes y cuál debe ser nuestra meta y objetivo: la evangelización integral de los más pobres que deben ser, como decía San Vicente de Paúl, “nuestro peso y nuestro dolor”.
Nicolás Velasco Calleja, C. M.